Una insurrección orquestada por la generación Z, desencadenada por la temeraria prohibición de 26 plataformas de redes sociales, ha sumido a Nepal en una anarquía devastadora , con un saldo funesto de al menos 22 víctimas mortales , entre ellas Rajyalaxmi Chitrakar, consorte del ex primer ministro Jhalanath Khanal, quien pereció calcinada en su residencia, y la fuga de 900 reclusos de cárceles en el occidente del país . El Parlamento yace reducido a escombros, las arterias de permanecen desiertas bajo un toque de queda perpetuo, y el primer ministro KP Sharma Oli, en un acto de claudicación, renunció y huyó , dejando tras de sí un abismo de autoridad y una nación completamente fracturada. Esto no es una mera protesta contra la censura digital; es una sublevación implacable contra u

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