Lo que ahora, muy erróneamente llamamos izquierda, es algo totalmente opuesto.

Es un engrudo ideológico que predica una cosa y hace otra, que puede contener en el mismo pack, una cosa y su contraria. Es una contradicción constante. Pero más allá de esto, es una “izquierda” heredera de ideólogos e “intelectuales” que predicaban y hacían conversos desde la seguridad que Europa les proporcionaba.

Ningún admirador y vocero de Mao se fue a vivir a China. Ningún amigo del ayatollah se fue a vivir a Irán.

Lo suyo más bien era una pose para resultar “interesante”, o por lo menos lo que para ellos era ser “interesante”. Y lo cierto es que son culpables de esta degradación. Son los culpables de haber colocado a una clase pija y privilegiada, al mando de los partidos que se suponía que representab

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