Desde que llegó a Marte en 2021, el rover Perseverance de la NASA tenía la misión de buscar evidencias que confirmaran si el planeta rojo alguna vez fue habitable. Ahora, después de tres años de exploración en el cráter Jezero, ha descubierto una muestra que podría contener pistas químicas relacionadas con vida antigua.
La roca analizada proviene de Neretva Vallis, un antiguo canal que transportaba agua hacia Jezero. En este lugar, Perseverance perforó un afloramiento de arcillas rojizas llamado Bright Angel y encontró estructuras microscópicas con formas denominadas “semillas de amapola” y “manchas de leopardo”. Estas estructuras contenían fosfato de hierro y sulfuros, compuestos que en la Tierra suelen formarse cuando microorganismos descomponen materia orgánica.
El hallazgo, publicado