
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — México se ha subido al carro de la política arancelaria de Estados Unidos y aspira a imponer aranceles de hasta 50% a algunas de sus importaciones, los cuales espera aplicar a más de 1.400 productos, desde automóviles hasta cosméticos procedentes de China y otros países asiáticos.
El secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, explicó el miércoles que esta propuesta se aplicará al 8,6% de las compras al exterior, se hará en apego a las reglas de la Organización Mundial de Comercio y afecta a países con los que México no tiene tratados de libre comercio.
La medida mexicana está incluida en la propuesta de presupuesto para 2026, que acaba de iniciar su trámite parlamentario y, previsiblemente, contará con el respaldo de la Cámara de Diputados y el Senado, porque el partido de la presidenta Claudia Sheinbaum tiene mayoría en ambas cámaras.
Pero como reconoció la mandataria el miércoles, su objetivo es más político que recaudatorio. Sheinbaum dijo que pretende contrarrestar los efectos de los aranceles ya impuestos por Estados Unidos a México, por ejemplo en la industria automotriz, que supone el 23% de la manufactura nacional y es una de las áreas más importantes del comercio entre los tres países de Norteamérica, incluido Canadá.
Entre los productos que verán aumentar sus gravámenes están los automóviles ligeros, material siderúrgico y autopartes, además de textiles, calzado, plásticos, electrónicos, juguetes, muebles, remolques, cosméticos, papel y vidrio.
Estos productos ya tenían un arancel de un 16% promedio, pero Ebrard dijo que se subirán “al máximo permitido" por los acuerdos internacionales.
China será el país más afectado, de donde México importó casi 130.000 millones de dólares en 2024 —una cifra sólo superada por las importaciones desde Estados Unidos. Los otros países impactados serán Corea del Sur, y después de Tailandia, India, Filipinas e Indonesia.
Estados Unidos no comentó de manera inmediata estas medidas, pero van claramente en línea con los postulados comerciales de la administración de Trump quien insistentemente se ha quejado de que México permitía la entrada a muchos productos chinos, ya fueran bienes finales o intermedios que luego acababan en los mercados estadounidenses.
“Lo que está buscando México en este momento es reducciones o exenciones a los aranceles que le pegan", y lo más urgente es el sector automotriz —con el 25%— y el del acero y aluminio —con un 50%—, explicó Oscar Ocampo, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad.
El anuncio se da cuando México se encuentra inmerso en una negociación cada vez más tortuosa con Washington en temas comerciales, de migración y de seguridad para evitar que Trump cumpla su amenaza de aumentar los aranceles ya impuestos.
Llega además cuando está a punto de reabrirse la revisión del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el TMEC. El propio titular de Hacienda, Édgar Amador, reconoció el martes que estas medidas “se inscriben dentro de la discusión y dentro de las futuras conversaciones comerciales con nuestros socios de América del Norte”.
Para Ocampo, la medida puede dar al gobierno mexicano cierta fortaleza en estas negociones. “¿Será suficiente o no? imposible saberlo”.
La presidenta Sheinbaum, que la semana pasada recibió en Ciudad de México al secretario de Estado Marco Rubio, rehúye hablar de presiones ejercidas desde su vecino del norte y afirma que todos sus movimientos están destinados a fomentar la producción nacional y fortalecer la economía mexicana en el marco del llamado “ Plan México ” de su gobierno.
El argumento de su gobierno es que los productos afectados, como los autos chinos, llegan a México por debajo del precio de referencia, algo que consideran un comercio desleal.
Ebrard reconoció el miércoles que en todas las industrias estratégicas del país hay en torno a 325.000 empleos en riesgo derivado de las políticas estadounidenses que ahora podrán protegerse y confió en que, una vez en vigor los aranceles, “haya certidumbre de cuál va a ser el nivel de precio (y) entonces tengamos más inversión”.
Hacienda subrayó el martes que todos sus calculos de gravámenes se hicieron con especial cuidado para no afectar la inflación. Para Ocampo, ese será el principal reto. “Si logran que se sustituya por productos mexicanos y eso agregue valor a las exportaciones, está muy bien, pero eso es lo que debe cuidar mucho el gobierno", dijo.
Desde diciembre México comenzó a imponer gravámenes temporales a ciertas mercancías y multiplicó los operativos contra productos asiáticos llegados al país de forma ilegal.
A finales de agosto, ante la previsión de que los aranceles pudieran oficializarse o ampliarse, Guo Jiakun, portavoz del gobierno chino, adelantó la total oposición de su gobierno a “restricciones impuestas a China bajo diversos pretextos y bajo coacción de otros”.
Sin embargo, para el analista del IMCO, algo positivo es que México, a diferencia de Estados Unidos, ha sido cuidadoso y da un “mensaje correcto” a sus socios porque “no está violando las reglas del comercio global”.