Catalanes todos:
Hay que decirlo de una vez y para siempre. Alto y claro. Por derecho. Debemos incluso gritarlo, si fuera necesario. Josep Pla estaba equivocado. “Cataluña (no) es un país inmensamente rico, grosero y espantoso”. Eso no es verdad. Tampoco George Brassens estaba en lo cierto: el día de la fiesta nacional un buen patriota (catalán) no puede, ni tampoco debe, quedarse en la cama igual. Eso, nunca.
Hoy, como todos los Once de Septiembre desde que el mundo es mundo, de nuevo somos testigos vivos del instante sagrado en el que el espíritu de la Nación, expresado a través de sus hermosos símbolos flamígeros, Sant Jordi y el dragón etc, y hecho carne y sangre en el cuerpo (litúrgico) un sol poble , hace solemne profesión de fe en su identidad, conjurando así las calamidad