Muy lejos, hacia los confines de nuestra galaxia, la Vía Láctea, una joven estrella en formación anuncia su nacimiento al Universo en forma de un espectáculo de fuegos artificiales con aspecto festivo.

Dos chorros hirvientes de gases calientes resplandecen a lo largo de 8 años luz, el doble de la distancia entre nuestro Sol y el sistema estelar más cercano. Los gases sobrecalentados que caen sobre la estrella masiva son expulsados de vuelta al espacio a lo largo de su eje de rotación y sus potentes campos magnéticos los confinan en haces estrechos.

El Telescopio Espacial James Webb de la NASA/ESA/CSA presenció el espectáculo en luz infrarroja. Los chorros se abren paso entre el polvo y el gas interestelar, creando detalles fascinantes que solo el Webb ha captado.

El Webb ha captado un

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