Por
Hace mucho calor en Villa Devoto. Y hay suerte. Como justo se cumplen cuatro años del golpe de estado, esa tarde su padre, feliz con el aniversario, todavía no le pegó y encima lo dejó salir cuando volvió de la escuela.
El pibe no tiene amigos.
Por eso deambula por las calles, medio perdido. Cualquier cosa es mejor que quedarse en casa y sufrir a su viejo.
En la canchita, varios chicos están reunidos alrededor de una pelota. El pibe se queda mirando. De repente, dos de ellos se apartan, van poniendo un pie delante del otro, punta contra talón, de a uno por vez, acercándose, hasta que el rubio más alto pisa al otro con ganas. Entonces el rubio elige primero. El mejor de los que no han hecho el pan y queso, claro. El otro elige segundo y así sucesivamente hasta que, al final, el rubi