El campo neuquino está acostumbrado a convivir con la dureza del clima. Heladas, nevadas intensas y veranos de pasto escaso forman parte de su historia. Pero la sequía de este año llegó con una fuerza inusual, obligando a repensar cómo sostener la producción y cómo cuidar la vida de quienes dependen de ella.

Con esa preocupación como punto de partida, el gobernador Rolando Figueroa anunció la emergencia por sequía en toda la provincia. El dato que marca la magnitud de la medida es contundente: un incremento presupuestario del 457% y la disposición de 4.430 millones de pesos, de los cuales 3.000 millones se destinarán a créditos accesibles para productores.

“Con un decreto no podemos hacer que llueva, pero sí podemos actuar con rapidez y anticiparnos a lo que viene”, dijo Figueroa al

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