La cena de nominados ardió en tensión. Todo comenzó cuando la jefa lanzó la pregunta más cruel: ¿quién no merece ganar el juego?
Shiky, desencajado, empezó a desesperarse. Apuró a los habitantes a contestar, incluso a Dalilah, que evitaba responder hasta donde pudo.
Pero el nudo se rompió. Dalilah estalló en llanto. Entre sollozos, llamó “culeros” y “pendejos” a los del ex cuarto noche.
Recordó que cuando Priscila la cambió de cuarto no la despidieron de noche con apoyo. “Por qué no soy la niña bonita”, gritó con rabia contenida.
Dijo que se portaron crueles con ella, que la hicieron sentir el rechazo, marcada como traicionera. El ambiente se volvió un campo de batalla.
Le reclamó a Aldo que sí fue recibido con fiesta en el cuarto noche, mientras ella soportó indiferencia y burlas d