En México, el “Niño Huachicolero” es el santo popular de los criminales que se dedican al robo y la venta ilegal de combustible. Suele representarse con un vestido blanco, un bidón y una manguera, instrumentos que sirven para extraer el oro negro de los oleoductos perforados.
El hurto de petróleo, conocido como huachicoleo o tráfico de huachicol , nació como un fenómeno local a finales del siglo pasado. Sin embargo, a partir de la década de 2010, los cárteles de la droga empezaron a adueñarse del negocio ilícito, desangrando las venas negras del país.
Drogas y combustible
En la actualidad, el huachicol es la segunda fuente de financiamiento del crimen organizado en México , señala Verónica Ayala, de la asociación civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Se calcula