La Suprema Corte de Justicia de la Nación estrenó nuevas reglas para ordenar sus debates. A partir de ahora, cada ministra o ministro tendrá un máximo de diez minutos para presentar su proyecto, siete minutos para intervenir en la primera ronda, cinco minutos para responder y tres en la segunda.
Además, la Presidencia decidirá cuántas rondas adicionales abrir y fijará los tiempos. Como si no bastara, se prohíben las interrupciones: nadie podrá cuestionar en tiempo real a quien tenga la palabra. El argumento oficial es claro: había que poner orden en un Pleno que tardaba meses, incluso años, en resolver asuntos y que se perdía en repeticiones y tecnicismos. Con estas medidas, dicen, la Corte ganará en productividad y profesionalismo.
La sesión será más ágil, los ministros irán al grano y