Si algún día hay que elegir una “mascota” para acompañar misiones fuera de la Tierra, la candidata imbatible no ladra ni maúlla: es Chroococcidiopsis , una cianobacteria extremófila capaz de sobrevivir donde casi nada más lo logra, y de paso fabricar oxígeno a partir de luz y minerales locales.
Originaria de desiertos (incluida la Antártica), “Chroo” ha pasado pruebas de fuego en la Estación Espacial Internacional . En los experimentos BIOMEX y BOSS , soportó un año y medio de exposición al espacio : la radiación UV fue el principal enemigo, pero una capa de regolito o la propia biopelícula la protegieron. Al regresar a la Tierra y rehidratarse, sus mecanismos de reparación del ADN corrigieron el daño sin aumentar mutaciones frente a controles.
En tierra, los test de resist