La historia de Maju Mantilla y Gustavo Salcedo parecía sacada de un cuento moderno. Ella, reina de belleza y orgullo nacional tras ganar el Miss Mundo 2004; él, un deportista olímpico con disciplina y futuro prometedor. Desde que oficializaron su relación, fueron vistos como una de las parejas más sólidas del espectáculo y el deporte en el Perú.

Durante años, proyectaron la imagen de una familia feliz: viajes, compromisos sociales, proyectos compartidos y, sobre todo, la llegada de sus dos hijos, quienes completaron el cuadro perfecto. Sin embargo, detrás de las cámaras, la historia empezó a mostrar grietas que con el tiempo se hicieron imposibles de ocultar.

Ese amor que se extendió por 19 años, y que incluyó un matrimonio de 13, tuvo de todo: un inicio romántico, una boda de ensueño,

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