En agosto, la policía de Connecticut encontró los cadáveres de Stein-Erik Soelberg, de 56 años, y de su madre, Suzanne Eberson, de 83, en una elegante residencia del pueblo costero de Old Greenwich. De acuerdo con la autopsia, la muerte de la mujer resultó ser un homicidio causado por “traumatismo contundente en la cabeza y compresión del cuello”. El fallecimiento del hombre, en tanto, fue clasificado como un suicidio por “heridas cortantes en el cuello y en el pecho”.
Soelberg había pasado jornadas maratónicas conversando con el chatbot de inteligencia artificial ChatGPT, creado por la empresa OpenAI, y en un rapto de delirio, estimulado por la herramienta, decidió asesinar a su madre y luego quitarse la vida.
El caso no representó una dificultad para la policía local, que en gran med