Iñaki Ellakuría PREMIUM Actualizado Jueves, 11 septiembre 2025 - 20:32

Media hora antes de que diera comienzo la manifestación de la Diada, en la estación de metro de Plaza Cataluña encontrar a algún independentista era un ejercicio de destreza visual y capacidades detectivescas. Una pareja otoñal con la bandera estelad a camuflada en una bolsa de Atmeller; una madre rubia y bronceada con sus tres hijos preadolescentes uniformados con la camiseta de la ANC para este año -el timo del merchandising debe continuar-; un cincuentón melenudo disfrazado de Capitán Cataluña... Y poco más.

Incluso resultaba complicado oír hablar a alguien en catalán, entre una sinfonía plurilingüe -español, pastún, ruso, tagalo, francés, sueco, inglés...- que explica la rápida transformación social qu

See Full Page