En México, hemos visto capos del crimen organizado de todos los tamaños y estilos.
Ahora aparece uno distinto: Roberto Blanco Cantú o Roberto Brown, El Señor de los Buques, de apenas 30 años que construyó un emporio de contrabando de combustibles que penetró y exhibió a la Marina, Aduanas y a la autoridad.
Nació en Ciudad Victoria y se desdobló a Brownsville, Texas, de ahí el Brown. Se movió con doble nacionalidad y doble vida. En 2019, a los 24 años, dirigía Mefra Fletes, empresa que operaba más de 300 tractocamiones y 600 pipas. Ya era un delincuente de cuello blanco a la más alta escala que se haya conocido.
¿Cómo le hizo? Con un esquema sencillo: buquestanque cargados en Texas con dísel de contrabando, documentos falsificados, complicidades en las aduanas, en los puertos y más arrib