En medio del caos y el estruendo de la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, emergió una escena que conmovió a México entero. Alicia Matías Teodoro, de 49 años, se interpuso entre la muerte y su nieta de apenas 2 años, convirtiéndose en un escudo humano.

Las llamas la envolvieron, pero Alicia no se movió. Su único instinto fue proteger a la pequeña Azuleth, quien sobrevivió con heridas en brazos, piernas y rostro. La abuela, en cambio, resultó con quemaduras en más del 90% de su cuerpo y hoy lucha por su vida en terapia intensiva.

El accidente ocurrió cuando Alicia cuidaba a su nieta mientras trabajaba como cobradora de combis. De pronto, la explosión sacudió la zona y el fuego lo cubrió todo. En ese instante, sin dudarlo, se arrojó sobre la niña pa

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