En febrero de 2011 Charlie Sheen estaba iracundo: CBS acababa de suspender la octava temporada de Two and a half men, en respuesta a las incontables polémicas por sus excesos y a sus ácidos comentarios en contra de Chuck Lorre, creador de la sitcom.
“Estoy bajo los efectos de una droga, se llama ‘Charlie Sheen’. No está disponible porque si la pruebas una vez, mueres. Tu cara se desintegrará y tus hijos llorarán por tu cuerpo destrozado”, declaró a ABC News, junto con revelar que, lejos de darle la espalda, había recibido mensajes de Sean Penn, Mel Gibson y Colin Farrell. Unos días después, el 7 de marzo, la cadena anunció su despido definitivo. De pronto ya no eran sólo malos titulares y acusaciones a su alrededor, sino que consecuencias tangibles.
A 14 años de ese episodio que lo margi