"Nos tenía asfixiados" , confiesa Jesse sobre la estricta crianza de su padre, Eduardo Huerta, un pastor evangélico cuyo control sobre sus hijos llegó al punto de intervenir en su proceso creativo. "Se enojaba si escribíamos sin él" , revela el cantante, mientras Joy añade entre lágrimas: "Yo no paraba de pensar en cómo me iba a salir de mi casa" .
Los detalles más crudos de su historia incluyen:
La presión de cumplir con expectativas religiosas y familiares.
El estigma que Jesse enfrentó al convertirse en padre adolescente, siendo señalado como "la oveja negra" .
La lucha de Joy por aceptar su sexualidad , sintiendo que "le rompería el corazón" a sus padres.
Tras la muerte de Eduardo en 2013, los hermanos encontraron en su música no solo un escape, sino un camino hacia l