La tragedia golpeó a la familia Cheesman en Nottingham : su hija Zara , de apenas 15 años, murió por meningitis después de que los médicos y paramédicos minimizaron sus síntomas y le aconsejaron “dormir para recuperarse” .
El caso generó conmoción en el Reino Unido y expuso una cadena de errores y oportunidades perdidas para salvarle la vida.
Una cadena de advertencias ignoradas
Todo comenzó el 19 de diciembre de 2024 , cuando Zara volvió del colegio con fiebre y vómitos . Esa misma noche colapsó en su casa.
Al día siguiente, sus padres, Judith y Mark , llamaron al servicio de emergencias y la llevaron a la guardia del Queen’s Medical Centre (QMC) . Allí, los médicos le diagnosticaron un simple “virus estomacal” y la enviaron de regreso a su cas