Hubo señales públicas y complots secretos. Un documento planteaba ignorar las elecciones y declarar el estado de sitio. Y un plan impreso preveía asesinar al presidente electo, su vicepresidente y un juez, con balas o veneno.
Las pruebas de que hubo una conspiración en Brasil para quebrar la mayor democracia de América Latina bastaron para asegurar la condena del expresidente Jair Bolsonaro este jueves, en una decisión histórica.
El Supremo Tribunal Federal, la mayor corte brasileña de justicia, decidió por una mayoría de cuatro de los cinco jueces que juzgaban a Bolsonaro declararlo culpable de tentativa de golpe de Estado y otros delitos, lo que lo expone una posible pena de más de 40 años de prisión.
Es la primera vez que un exjefe de Estado brasileño es culpado de golpismo, algo que