Por David Somoza Mosquera

En el dinámico mundo de los negocios, donde la competencia es feroz y el cambio es constante, una empresa sin estrategia es como un barco a la deriva. Simplemente reacciona a los vientos y las corrientes, sin un destino claro.

Tal comparación ilustra a la perfección porqué desarrollar una estrategia sólida no es un lujo, sino una necesidad fundamental para la supervivencia y el crecimiento a largo plazo de las compañías.

En otras palabras, cuando una empresa no cuenta con estrategias difícilmente se podrán cumplir los objetivos y no podrá avanzar como marca ni expandirse en el mercado. En consecuencia, sus principales competidores le podrían sacar una ventaja significativa, si estos trabajan con estrategias para llevar a cabo sus metas.

De modo que una estrate

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