Una de las funciones más importantes del Estado es proveer servicios públicos de calidad y, además, hacerlo oportunamente. El objetivo es asegurar el bienestar de la población y satisfacer necesidades fundamentales como agua y saneamiento, salud , educación, seguridad e infraestructura en general. El incumplimiento de lo anterior no solo genera descontento social, sino que también pone en entredicho el sistema económico que promueve la inversión privada y genera recursos para, al menos en teoría, mejorar la calidad de vida de la población.
Anteriormente, hemos expuesto la falta de capacidades de las municipalidades , sobre todo en la formulación y evaluación de proyectos públicos, lo que limita la ejecución de los recursos asignados a la inversión pública. Hacia 2024, el 65% de