El 12 de septiembre de 1940, un hecho tan fortuito como trascendental marcó el hallazgo de una de las reservas arqueológicas más importantes del siglo XX.

En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, en las cercanías de la villa de Montignac , al sudoeste de Francia, cuatro niños, impulsados por la curiosidad tras la desaparición de su perro en una madriguera de zorro situada en la colina de Lascaux , comenzaron a excavar el terreno con el único propósito de rescatar al animal.

Sin prever la magnitud de lo que estaban por descubrir, los jóvenes —entre quienes se encontraba Marcel Ravidat — lograron ampliar el hueco hasta conseguir una abertura por la cual pudieron deslizarse al interior de la tierra .

La escena era propia de un relato de aventuras: equipados con una lámpara improvis

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