“Dicen que en el llano los amaneceres guardan secretos que solo unos pocos logran descifrar, aquella mañana, entre el murmullo del viento y el resplandor dorado del horizonte, un destello encendió el cielo, era un brillo intenso, imposible de confundir, como si una piedra preciosa hubiera decidido alzar vuelo sobre Yopal, no era un espejismo ni un reflejo pasajero: era la aparición de una joya viviente, un ser diminuto y majestuoso que convirtió a la sabana en escenario de un espectáculo único en el mundo.”

Dicen que quien aprende a avistar aves nunca vuelve a mirar el cielo de la misma manera, y es cierto. basta una chispa de color, un destello en medio del aire, para que la vida se detenga y nos obligue a contemplar lo invisible.

En Yopal, capital mundial del llanero, el amanecer parec

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