La Vuelta ha disfrutado de tres etapas de «descanso» por tierras castellanoleonesas. Tres etapas de nerviosa tranquilidad alrededor de la carrera , de desgaste emocional, que pesa más que el físico. «Hay mucha incertidumbre», dice un corredor antes de tomar la salida en Rueda. Antes de llegar al lugar de estacionamiento de los autobuses de equipo, cuatro vehículos de la Guardia Civil y agentes armados con metralletas vigilaban el paso.
«Nadie nos ha amenazado, nadie nos ha agredido, nadie, de momento. Sí es cierto que a los corredores hay momentos en que les tiran chinchetas en la cara o les dan con la bandera en los cascos y a alguno le dan la cara. A mí, como técnico, nadie me ha molestado, nadie, al revés, yo creo que siempre ha habido un respeto desde fuera, y hay que respetar es