Madrid.- La penúltima etapa de la Vuelta ciclista a España, que inició en la ciudad de Valladolid y culminó en el pueblo de Guijuelo, cuna de los mejores jamones ibéricos de la región, transcurrió con protestas aisladas por el genocidio que está perpetrando en Estado de Israel en la franja de Gaza y sin incidentes destacables. Pero la tensión es máxima, sobre todo de cara a los dos últimos días de la carrera, en la que recorrerán buena parte de la Sierra norte de Madrid y las calles de la capital española, para lo que el ministerio del Interior, presidido por el socialista Fernando Grande-Marlaska, activó un dispositivo de seguridad inédito en competiciones deportivos, con una movilización de agentes policiales nunca antes vista en el país.
La Policía Nacional desplegará mil 100 agentes