Los jóvenes se hurgan los dientes con los huesos de los viejos, y anoche un treintañero descarado de nombre Austin Richard Post, conocido como Post Malone, hizo suyo el estadio por el que clamaba el centenario Futbol Club Barcelona, orgullo de la ciudad, que llorará sus penas este domingo en el diminuto Johan Cruyff. Victoria del cantante sobre el fútbol, aunque la afluencia de público fue más bien la de un Barça-Levante con la liga ya decidida, con la mayoría de gradas vacías y bastantes más huecos en pista de lo que exige la seguridad.

No se puede negar la osadía de Malone apostando por el Olímpic en su primera gira de estadios, de nombre “Big ass World tour” (gran culo). Pero anoche quedó patente que el éxito del músico de Nueva York al otro lado del Atlántico todavía no ha alcanzado l

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