Cada semana tenemos noticias alarmantes donde el bienestar de la infancia está en riesgo. Intentamos llamar la atención con nuevas cifras, nuevos casos, nuevas historias. Sin embargo, parece que esto genera en la opinión pública el efecto contrario y aumenta la indolencia.
Aun así, es necesario. En 2024 el número de niñas y niños derivados al Servicio de Protección fue mayor al total de nacidos en Chile.
Este dato, que refleja una verdadera emergencia social, ha pasado sin pena ni gloria en medio del acalorado debate político del país. En menos de 4 años se ha duplicado el número de niños, niñas y adolescentes que ingresan al sistema de protección; miles se encuentran en listas de espera y, quizás por lo mismo, cientos de jóvenes son expulsados de programas y residencias al cumplir 18 a