Hace tiempo que por el PSOE de Andalucía, la otrora federación más influyente del socialismo español, corre el deseo de que su candidata para presidir la Junta, María Jesús Montero, haga las maletas y se vaya ya de Madrid para asentarse definitivamente en su tierra .

Pero la todopoderosa vicepresidenta primera del Gobierno y «número dos» de Ferraz no está por la labor . Montero asume que sin su silla en el Consejo de Ministros, su candidatura carece de la fuerza suficiente para desafiar la mayoría absoluta del popular Juan Manuel Moreno.

Montero, de 59 años, tiene la convicción de que en estos momentos es más útil para Andalucía (y para su partido) desde el Gobierno de España. El Ejecutivo es el arma con la que intenta contrarrestar la hegemonía del PP en una tierra que ha dado un vu

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