Nada detiene ya a María Pérez (29), dueña de este tiempo, ni siquiera el aviso que los jueces le marcan pronto, antes del décimo kilómetro.
Ni se inmuta ni se irrita esta andaluza menuda, de profunda mirada, y más ancha que larga se va a por su tercer título mundial, la confirmación de que ya nada le queda pendiente, ahora que piensa en alargar su aventura un poquito más, acaso hasta los Juegos de Los Angeles 2028, antes de ser madre y luego, basta.
Para montar la crónica, a desmano y a deshora, hay que bajar al ruedo.
Abandono la tribuna de prensa y me sumerjo en la avenida que se tiende a las puertas del Estadio Nacional de Tokio: hay un chirimiri matinal, el termómetro marca 26ºC y un 83% de humedad y la gente sabia de la marcha atlética, gente como Chuso García Bragado, Josu Gómez y