El fallecimiento de Giorgio Armani, el pasado 4 de septiembre a los 91 años, desató un cambio histórico para la célebre casa de moda que fundó hace medio siglo. Según su testamento, el diseñador ordenó a sus herederos vender de manera gradual la firma o explorar una salida al mercado, alterando décadas de independencia y control familiar sobre su imperio valorado entre 5.000 y 12.000 millones de euros (5.900 a 14.000 millones de dólares).

El testamento, conformado por dos documentos notariales presentados en marzo y abril de 2025, establece que los herederos deben vender inicialmente un 15% de la firma en los 18 meses posteriores al deceso. Posteriormente, entre tres y cinco años después, se transferiría un 30% adicional, llegando a un máximo del 54,9%, dando prioridad a gigantes del sect

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