La oncóloga es autora de ‘No seas exagerada. Historia de cómo la medicina olvidó a las mujeres y por qué es importante arreglarlo’
Cuando se extendió el uso de la bici, en algunos lugares estaba muy mal visto que las usaran las mujeres. Se les podía quedar “cara de bicicleta”. “Los labios exangües de llevarlos siempre apretados; los ojos desorbitados; el rostro pálido, arrodalado y ojeroso, y la frente marcada de tanto fruncir el ceño”. En la literatura médica del siglo XIX era frecuente encontrar advertencias sobre los peligros del velocípedo para la salud femenina.
Es uno de los muchos casos que la oncóloga Elizabeth Comen narra en su libro No seas exagerada. Historia de cómo la medicina olvidó a las mujeres y por qué es importante arreglarlo (Temas de hoy). El prejuicio con respecto