Una Unión Europea que aspira a ser un actor global no puede ser un “protectorado”, esperando que otros decidan por ella

La invasión de Ucrania nos recuerda las viejas advertencias (Raymond Aron, La República Imperial , 1973) acerca del riesgo que implica la dependencia estratégica de Europa. También las tensiones en Oriente Medio , la inestabilidad en el Sahel o los riesgos en el Indo-Pacífico muestran que Europa debe ser capaz de garantizar su seguridad sin depender casi en exclusiva de la voluntad política y de los medios militares de Estados Unidos.

La OTAN sigue siendo esencial para nuestra defensa colectiva. Pero con la llegada de Trump, el partenariado estratégico transatlántico, además de desequilibrado, se ha vuelto condicional y genera dependencias que debilitan nuestra

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