El Gobierno activó una serie de correcciones al fuerte apretón monetario aplicado en las últimas semanas para atravesar el período electoral sin sobresaltos cambiarios o inflacionarios, a costa de un freno en la actividad económica.

Luego de la derrota electoral, se redefinió la estrategia: el Ejecutivo adoptó un enfoque menos intervencionista en el tipo de cambio, toleró un dólar cercano al techo de la banda y proveyó liquidez al sistema bancario para aliviar el costo financiero y reducir las tasas de interés.

El papel protagonista que asumió el Ministerio de Economía antes de los comicios, a través de la venta directa de dólares del Tesoro, fue reemplazado por una participación más activa de la autoridad monetaria.

El techo de flotación, situado cerca de $1.470, aún no fue pue

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