Cada día, millones de personas en al trabajo, a la universidad o incluso para organizar mejor las comidas en casa. Estos recipientes, prácticos y reutilizables, se han convertido en un imprescindible en la rutina de quienes buscan ahorrar tiempo y dinero sin renunciar a una alimentación casera.
Sin embargo, a pesar de su uso extendido, muchas personas cometen siguen cometiendo errores que podrían poner en riesgo su salud sin siquiera saberlo. Desde el modo en que se almacenan hasta cómo se calientan los alimentos, existen prácticas comunes que podrían estar favoreciendo la proliferación de bacterias o la contaminación cruzada, especialmente si no se siguen ciertas recomendaciones básicas de higiene y conservación.
Ante esta situación, la experta en seguridad alimentaria Alba Ramírez (