El temido veredicto llegó el viernes por la noche, al cierre de los mercados en Estados Unidos. La agencia Fitch rebajó la calificación de la deuda soberana de Francia, que pasa de AA- (calidad elevada) a A+ (calidad media superior).
La medida se adoptó como consecuencia de la inestabilidad política francesa, después de la caída del segundo gobierno en menos de un año, y la incapacidad manifiesta del país de sanear sus finanzas públicas.
El último primer ministro derribado, François Bayrou, dolido porque no se aceptó su plan de austeridad, reaccionó con aspereza y un reproche implícito a quienes le hicieron caer. “Un país cuyas elites lo conducen a rechazar la verdad está condenado a pagar el precio”, escribió en la red X.
“La caída del Gobierno en un voto de confianza ilustra la fragm