Cuando un colombiano llega al hogar y enciende la estufa para preparar los alimentos o requiere calentar el agua de la ducha en las zonas frías, pocas veces se detiene a pensar en el insumo principal que está detrás de esa posibilidad, que es parte de la calidad de vida. No es la plata, que, a su vez, le permite tener la despensa llena o al menos con las provisiones necesarias para preparar las comidas. Es el gas, combustible alrededor del cual hay un montón de circunstancias que amenazan, ya sea por no tenerlo disponible en el mediano plazo o tenerlo, pero más caro.
¿Todo bajo control?
Aunque desde tiempo atrás tanto los gremios del sector como algunos expertos en el tema energético vienen advirtiendo sobre un déficit de gas y la dramática reducción de las reservas para el abastecimient