La Feria Taurina de Albacete vivió este viernes, 12 de septiembre, una tarde de contrastes, donde el nombre propio fue Juan Ortega. El sevillano, fiel a su concepto de torero estético y despacioso, ofreció una de esas faenas que quedan en la memoria colectiva, plena de cadencia y hondura, ante un toro de Victoriano del Río que tuvo nobleza y transmisión.

Desde el recibo de capote, Ortega dejó su sello en unas verónicas lentas, templadas y con regusto clásico. Pero fue con la muleta cuando la plaza vibró de verdad: series ligadas sobre la mano derecha, con muletazos largos, sentidos y de exquisito temple. El trasteo alcanzó cotas de Puerta Grande, pero un pinchazo previo a la estocada rebajó el premio a una sola oreja. Aun así, el público reconoció la calidad de lo realizado con una fuerte

See Full Page