Para Nicolás Behringer , la resiliencia no fue una elección, sino una necesidad. Hasta los 13 años vivió en la calle y, seis años atrás, tras la muerte de su padre, asumió el rol de tutor legal de su hermana. Un joven que debió crecer de golpe entre la soledad, la adversidad y el azar, y que hoy transforma esa historia en talento sobre el escenario de La Voz Argentina , donde fue ovacionado y elegido para seguir cantando una noche más.

Detrás de los aplausos, habitó un chico que se encontraba en completa soledad: sin amigos, sin familia, sin nadie que lo escuchara. Sin nada material tampoco, solo la música. “Estaba muy solo todo el tiempo. No tuve una infancia regular. No todo el mundo quiere hacer que sus hijos se junten con el nene que no tiene un techo ”, relató. Ese aislamiento

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