Las mochilas se llenan de libros, los días se acortan, las despensas lucen de nuevo colmadas y espléndidas. El verano se acaba y, con su marcha, nos preparamos para despedir también a una de las costeras más esperadas del año, que ya colea y con suerte lo hará hasta el desembarco del mes de octubre. Adiós a las ventriscas y al rollo de bonito, ese plato tan nuestro, tan estivo y que tanto gusta.
Su estacionalidad es, a ojos de Alejandro Fernández, al frente de los fogones de La Campana, uno de sus puntos fuertes porque acotar temporalmente el disfrute alimenta deseo y expectativas.
«Aun estando claros sus ingredientes y la receta, cada maestrillo tenemos nuestro librillo y existe cierta competencia por ver quién lo hace mejor. Es uno de esos platos que buscas y comparas», reconoce Iván V