El arranque automotor que hurtaron de 25 años y de 48 años, les jugó una mala pasada, .

Apenas si pudieron recorrer desde calle Delta, frente a la licorería Punta Brava, donde lo sustrajeron a un vehículo, hasta el mercado municipal, última parada de su fuga a la cárcel.

En dicho lugar fueron avistados y detenidos mansamente, pensando que su fama había llegado a oídos de los policías y querían un trabajito.

Previamente habían sido denunciados por el señor Franklin Manzano, a quien dejaron sin el arranque de su catanare.

Cooper de Tucupita y Arzolay de Uracoa, ambos con residencia en Los Cedros, .

Aparte de la pieza mecánica portaban un bolso escolar tricolor y una harina Juana La Avanzadora, con la que pensaban saciar el hambre que les produjo el esfuerzo y que ahora degustarán en un

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