El mercado laboral estadounidense atraviesa un período de estancamiento complejo, caracterizado por una dinámica poco común en la búsqueda de empleo. El desempleo se mantiene bajo, pero las contrataciones evidencian una ralentización significativa, generando un escenario de considerable incertidumbre para los profesionales. La situación actual refleja una paradoja laboral donde la disponibilidad de puestos de trabajo contrasta con las dificultades reales de conseguir una ocupación . Los datos del Centro de Datos Microeconómicos de la Reserva Federal de Nueva York revelan una caída importante en la confianza de los consumidores respecto a sus expectativas laborales.
El índice que mide las expectativas de empleo se ha desplomado hasta el 44,9 % en agosto, el dato más bajo desde 2013 .