Florida se prepara para reabrir una temporada de caza que, más allá de su duración, ha reactivado un viejo conflicto entre autoridades estatales, defensores del medioambiente y expertos en derechos animales. Del 6 al 28 de diciembre, la Comisión de Pesca y Vida Silvestre del estado permitirá una caza controlada del oso negro, con la emisión de 187 permisos seleccionados mediante sorteo.
Según las autoridades, el crecimiento poblacional de esta especie (estimada en unos 4.050 ejemplares) justificaría la medida como mecanismo de control, no obstante, organizaciones ambientales y especialistas aseguran que la decisión se basa en información desactualizada y omite alternativas más sostenibles.
“La caza no puede ser la primera respuesta ante el aumento de población de una especie. Es una sal