Todos concordaban en que el albino afrodescendiente provenía de un oscuro y olvidado caserío de las áridas estepas de la toponimia denominada Curiepe, un borroso caserío geográficamente localizable a través del geolocalizador de Google Earth en el estado Miranda de la Tierra de Gracia, en un perdido recodo del septentrión suramericano.
Desde que estudiaba en el liceo se le despertaron sus primeras tímidas simpatías por las ideas de la socialdemocracia encarnadas en un sentimiento que sus connacionales conocían con el nombre de “sentimiento adeco”. A pesar de su rasgo distintivo de “negrito fullero” o “negrito faramallero”, sus compañeros de clase en el liceo le decían por sobrenombre con el remoquete jodedor de “mono reilón” porque donde veía un grupo de estudiantes conversando se acercab