La condena del Parlamento Europeo el pasado miércoles a la “catástrofe humanitaria” que está ocurriendo en la Franja de Gaza, responsabilizando directamente a Israel de bloquear el ingreso de ayuda al enclave palestino y el respaldo a la propuesta de la Comisión Europea de suspender parcialmente el acuerdo de asociación comercial con ese país, se convirtió en otra expresión de disminución cada vez mayor del respaldo que ha venido experimentando el régimen del primer ministro Benjamín Netanyahu, incluso entre sus más fieros aliados.
El día anterior, otra de sus más sólidas defensoras, Ursula von der Leyen, presidenta de la mencionada Comisión que funciona como brazo ejecutivo de la Unión Europea, no solamente había hecho esas propuestas aprobadas por la Eurocámara, sino que también planeab