Hacerse con un yate suele ser un capricho común entre los multimillonarios. Empresarios como Jeff Bezos y Mark Zuckerberg no han dudado en gastar parte de su fortuna para navegar por diferentes partes del mundo con comodidades, estilo y, sobre todo, lujo . El primero encargó la construcción de ‘ Koru ’ a la firma neerlandesa Oceanco, el segundo decidió ahorrarse este paso y le compró ‘Launchpad’ a un oligarca ruso .

Un estadounidense llamado Clyde Stires siguió un camino completamente diferente para tener el yate que quería, un catamarán de 27,86 metros de eslora y manga de 12,41 metros, equipado para recibir una decena de huéspedes. Stires cuenta en un vídeo publicado en YouTube que no era millonario, pero que decidió canalizar todos los recursos que tenía a su alcance

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