China se quitó la máscara. Se puso su traje imperial de superpotencia y le golpeó la mesa a México. No hubo diplomacia. No hubo lenguaje entre líneas. No. “Piensen dos veces antes de subir cualquier arancel a nuestros productos” señaló el gobierno rojo.

La decisión de México. La nación Azteca anunció esta semana que impondría aranceles a 1,400 productos provenientes de China, India, Turquía y otros países. La medida busca proteger sus industrias, aumentar el consumo y preservar 325 mil empleos.

China imperial no acepta condiciones de nadie. Durante la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Beijing este año, China habló de igualdad e inclusión, pero a México le recetó tutelaje y coerción.

No somos iguales. El discursito de socios complementarios y solida

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