El flan es uno de esos postres que nunca pasan de moda y que están presentes en la mesa de los argentinos desde hace generaciones. Su sencillez y su sabor inconfundible lo convierten en un clásico que siempre tiene éxito, tanto en reuniones familiares como en almuerzos de domingo. Una receta práctica que nunca falla y que garantiza un cierre dulce para cualquier comida.

Lo mejor de este budín acaramelado es su versatilidad a la hora de servirlo. Se puede disfrutar solo, con una cucharada de crema chantilly, con dulce de leche o con la famosa combinación de ambos, que para muchos es la mejor forma de coronar el plato. Cada quien elige su versión favorita, pero lo cierto es que el flan admite infinitas variantes a la hora de acompañarlo.

Además de ser un manjar delicioso, preparar

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