El 19 de agosto, en el río Pilmaiquén, ocurrió una tragedia durante un ritual de sanación mapuche que dejó dos muertos. Mariana, una joven de 15 años, se adentró en el río a instancias de Millaray Huichalaf, la machi de su comunidad, quien cambió el plan original de un baño de vapor por un baño en el río. A pesar de las bajas temperaturas, Mariana se sumergió en el agua, que alcanzaba los siete grados. La corriente la arrastró rápidamente, y su madre, que intentó salvarla, también fue arrastrada junto a Juan Maripán Paillán, un vecino que se lanzó al agua para ayudar.

El ritual, que incluía el uso de hierbas medicinales, se tornó en caos cuando Millaray, tras un sueño, ordenó que Mariana se metiera al río. Testigos afirman que la machi no permitió el uso de teléfonos móviles esa noche, lo que dejó a los participantes incomunicados. La madre de Mariana y Juan Maripán intentaron rescatarla, pero la corriente fue demasiado fuerte. Millaray, en lugar de ayudar, se dedicó a verter un líquido sobre el fuego del ritual.

Los cuerpos de Mariana y Juan fueron encontrados días después. Mariana fue hallada al segundo día y Juan al sexto. La machi fue interrogada en el aeropuerto, donde guardó silencio y acusó a la hidroeléctrica Statkraft de abrir las compuertas del río sin aviso, aunque esto fue desmentido por los habitantes de la zona, quienes conocen los peligros del río en la mañana.

La comunidad huilliche ha expresado su desconfianza hacia Millaray, quien es acusada de prácticas no tradicionales y de haber traído una cultura de violencia. Historiadores mapuches han calificado su llegada como una forma de colonialismo. La tragedia ha generado un debate sobre la autoridad de Millaray y la seguridad de las ceremonias de sanación en el contexto cultural mapuche.